LIMPIA POR DENTRO...
...Sucia por fuera.
Y es que una periodista inglesa pasó 40 días sin someterse a ningún tipo de cosmético ni producto de limpieza corporal para comprobar la acción que tienen éstos sobre la salud. El resultado del experimento fue contundente: nadie se le acercaba por el mal aspecto y olor que desprendía, pero tenía su piel mucho más sana que antes.
Nicky Taylor, periodista televisiva de 42 años, residente en Kidderminster (Inglaterra) decidió reflexionar críticamente sobre los más de 2.500 dólares que gasta al año en productos de limpieza, como champú, pasta de dientes, cremas faciales, tratamientos y demás, y para ello dejó de usarlos durante 40 días para determinar si son tan necesarios como asegura la publicidad.
A medida que pasaban los días, empezó a notar un "alejamiento" por parte de sus hijos y familiares, que empezaban a no aguantar el olor que desprendía. Al contrario que en sus contactos con otra gente, pues al parecer nadie le hizo comentario alguno sobre su apariencia o su olor. Aunque en el momento que comentaba que llevaba varios días sin asearse, empezó a sentirse rechazada.
Su pelo se había convertido en una masa grasienta, que tomaba la forma de sus manos al pasarlas, y los dientes acumulaban sarros y restos de comidas, por no decir el olor general que emanaba.
Sin embargo su piel estaba más saludable y brillaba, y tras unos análisis realizados en en la Universidad de Leeds se demostró que su salud no estaba en riesgo, y un síndrome de colón irritado que sufría parecía haber remitido.
En conclusión, según dijo al diario inglés Daily Mail, lo único que estuvo a riesgo durante esas cuatro semanas fueron sus relaciones interpersonales.
Y es que una periodista inglesa pasó 40 días sin someterse a ningún tipo de cosmético ni producto de limpieza corporal para comprobar la acción que tienen éstos sobre la salud. El resultado del experimento fue contundente: nadie se le acercaba por el mal aspecto y olor que desprendía, pero tenía su piel mucho más sana que antes.
Nicky Taylor, periodista televisiva de 42 años, residente en Kidderminster (Inglaterra) decidió reflexionar críticamente sobre los más de 2.500 dólares que gasta al año en productos de limpieza, como champú, pasta de dientes, cremas faciales, tratamientos y demás, y para ello dejó de usarlos durante 40 días para determinar si son tan necesarios como asegura la publicidad.
A medida que pasaban los días, empezó a notar un "alejamiento" por parte de sus hijos y familiares, que empezaban a no aguantar el olor que desprendía. Al contrario que en sus contactos con otra gente, pues al parecer nadie le hizo comentario alguno sobre su apariencia o su olor. Aunque en el momento que comentaba que llevaba varios días sin asearse, empezó a sentirse rechazada.
Su pelo se había convertido en una masa grasienta, que tomaba la forma de sus manos al pasarlas, y los dientes acumulaban sarros y restos de comidas, por no decir el olor general que emanaba.
Sin embargo su piel estaba más saludable y brillaba, y tras unos análisis realizados en en la Universidad de Leeds se demostró que su salud no estaba en riesgo, y un síndrome de colón irritado que sufría parecía haber remitido.
En conclusión, según dijo al diario inglés Daily Mail, lo único que estuvo a riesgo durante esas cuatro semanas fueron sus relaciones interpersonales.
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