Un grupo de investigadores de la Universidad de Las Palmas ha ayudado a dos universidades locales del Cabo Oeste (Sudáfrica) a resolver un misterio que tenía en vilo a la comunidad científica en los últimos tiempos.
La pesca incontrolada por parte del hombre, hizo que la reservas de bancos de peces quedaran prácticamente agotados en los caladeros de Cabo Oeste. Pero en lugar de disminuir la población que vivía de esos peces, como hubiera cabido esperar, la cantidad de pelícanos aumentaron.
Lo que averiguaron fue ciertamente sorprendente. Los pelícanos, en un afán de sobrevivir ante dicha adversidad y en un increíble esfuerzo de adaptación, abandonaron sus hábitos de pesca tradicionales y se convertieron en depredadores, alimentándose de los restos de pollo procedentes de un matadero que dotaba a una granja de cerdos cercana. De ahí, pasaron a la caza de crías vivas de otras aves, haciendo que disminuyeran poblaciones con las que solían convivir.
De esta forma, la zona se ha convertido en el único lugar en el que, a pesar de la escasez de peces, los pelicanos han aumentado en los últimos 20 años.
En este punto, ha surgido la inquietud, desde la perpectiva medioambiental, de que pudieran ser portadores de bacterias y virus peligrosos. Y se ha comprobado que los pelícanos que viven en esta zon son ahora portadores de bacterias como la Salmonella, debido al contacto con los desechos de mataderos de aves domésticas, y también de Mycoplasmas y del virus de la Enfermedad de Newcastle, lo cual los convierte en peligrosos para aves domésticas de explotación industrial, e incluso para el hombre.
