PLAS, PLAS!

Sin embargo, a esta proeza, le están poniendo muchas pegas en el país asiático, ya que las autoridades de Chongqing le han prohibido entrenarse en esta dote palmeril, por motivos de salud e integridad pública, ya que consideran que los 107 decibelios que salen de sus manos pueden producir en los oídos de sus vecinos una sensación similar a tener un helicóptero que aterriza sobre sus tímpanos.
Así que ha quedado avisado: si se le sorprende aplaudiendo, será inmediatamente arrestado y encarcelado.
Aún así, esperaremos en los próximos días que nuestro amigo intente la proeza y podamos escuchar en vivo y en directo lo que la naturaleza le ha dado (aunque la verdad mucha función no le veo a esto de aplaudir y pulverizar tímpanos)
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