Hay algunos políticos que hacen algunas cosas que es para dejar a más de uno con la boca abierta, y ya no estamos hablando de cobrar comisiones ilegales por recalificar terrenos, o tener tratos de favor y dar puestos de funcionarios a familiares, no, no, lo sucedido en Italia va más allá de lo absurdo.
Ahora algunos políticos le echan morro, y encima se regocijan de eso ante toda la población, y así ha pasado que, por ejemplo, el senador Gustavo Selva anunció hoy su dimisión, con una carta al presidente de la Cámara Alta, Franco Marini, tras el aluvión de críticas por haber fingido un malestar y hacerse llevar en ambulancia para llegar a tiempo a un programa de televisión en directo.
Sí, como os lo cuento aquí, el citado senador, tenía que acudir a un programa de televisión, y como parte de las calles de Roma estaban cortadas a la circulación debido a la visita del presidente estadounidense, George W. Bush, se hizo muy difícil los desplazamientos en automóvil. Y ni corto, ni perezoso, fingió sentirse mal para ser trasladado en una ambulancia al que sería el domicilio de su cardiólogo, pero en realidad era un lugar cercano a la sede del canal de televisión.
Una vez que se metió en la ambulancia, el ministro se negó a ser atendido en el hospital más cercano y amenazó con hacer despedir a la enfermera si no se le llevaba a la consulta de su cardiólogo.Una vez en el destino, el senador se arrancó los cables y salió a toda prisa de la ambulancia seguido por el personal médico, hasta un edificio, donde los facultativos preguntaron en la portería por el cardiólogo, para descubrir que se trataba en realidad de un estudio de televisión.
Flipaaaaaaaa, encima el ministro se dedicó un minuto de gloria diciendo en directo lo que acababa de hacer, y las filigranas que había inventado para llegar a tiempo al programa. Si el mundo está lleno de caraduras, está visto y comprobado.
